No hay duda que la afición está sedienta de triunfos en el fútbol. Son contados con los dedos: ganamos la Copa América dos veces: 1939 y 1975; una vez la Copa Sudamericana (2003) y la Recopa (2004) con el Cienciano del Cusco y ahora la Copa Libertadores Sub 20. 39 años atrás el mismo Universitario había resignado la Copa Libertadores frente al linajudo Independiente de Avellaneda y en 1997, el Sporting Cristal frente al Cruzeiro de Brasil. La última vez que fuimos a una Copa del Mundo fue en 1982 a la cual accedimos de la mano de una generación de lujo pero que en Mundial caímos estrepitosamente por motivos extrafutbolísticos. A ese campeonato mundial, le sumamos el de Uruguay-1930 donde participamos como invitados; luego en México -1970 (donde Brasil, que fue el campeón, de la mano de Pelé nos ganó 4-2 en cuartos de final) gracias al empate en la “Bombonera” de Boca el 30 de agosto de 1969 con dos goles del gran “Cachito” Ramírez y a Argentina-1978 donde una “página negra” opacó una gran campaña.
Una gran cantidad de peruanos NUNCA han visto competir a una selección peruana en un Mundial de Fútbol “gracias” sobre todo a una dirigencia incapaz. La última vez que “casi” obtenemos ese lauro fue en las eliminatorias de Francia-1998 cuando Chile nos ganó vergonzosamente 4-0 y al final se clasificó por “diferencia de goles”.
Sin embargo una nueva generación de futbolistas ha empezado a caminar, “pisando fuerte”. El equipo sub 20 de Universitario de Deportes campeonó en la primera edición de la Copa Libertadores Sub 20. Millones de hinchas gozaron con este triunfo. Pagaron “sobreprecio”, caminaron desde el Ovalo Huarochirí, hicieron su cola para ingresar al estadio, comieron algo ligero y se movilizaron en combi para ir y regresar. En el estadio o frente a una tv gritaron el gol de Ampuero y los penales sobre todo el que definió la serie, el de López.
Mi padrino, Don Tribi se hizo hincha de la “U”en 1967, en esos míticos partidos contra River Plate y Racing de Avellaneda (a la postre campeón) a los cuales se le ganó en 48 horas en situaciones adversas. Como Don Tribi, muchos son hinchas de la “U” porque siempre fue un equipo con “garra” y buen juego; cuando dejó de serlo, vinieron las épocas malas.
Sin embargo luego de las celebraciones hay que ser claros: este triunfo no se debe a la dirigencia que sigue siendo incapaz, sino a los padres de estos jóvenes que aún siguen manteniéndoles porque los dirigente ni siquiera les pagan las magras propinas y el entrenador no es remunerado como se debe ni en el momento que se tiene que pagar. Hoy los dirigentes se “suben al carro de la gloria” pero ni siquiera tuvieron la visión de invitar al gran José Luis “El Puma” Carranza a que entregara la copa al capitán Néstor Duarte. Carranza estaba en la tribuna gozando como un hincha más, recordando sus años de gloria en el único equipo que defendió desde joven hasta su retiro.
Hoy todos hablan que hay que “mantener” el equipo, que hay que respetar los ciclos, pero con qué dirigentes? Para que los triunfos regresen y no se vayan de inmediato, se necesita una nueva dirigencia con capacidad probada.
Por otra parte, la prensa muy aficionada a levantar y a hundir jugadores; hoy ensalzan a estos jóvenes. Los comparan con “tal y cual” pero se necesita mesura y objetividad en estos momentos. Hay de los otros que intentan menoscabar los triunfos, aduciendo que se ganó solo “por penales” o que Boca Juniors no había traído a lo “mejor de su vidriera”. Hasta un joven que se hace llamar “caballito” dijo que Boca Juniors “iba a pasar por encima a la U, porque este equipo no tenía nada que hacer y que había pasado de suerte a la final”. Qué triste papel de algunos¡
Para aquellos que creen que convertir un penal es suerte; les decimos enfáticamente: para convertir un penal se necesita temple, técnica y una fe ganadora a prueba de balas. Se requiere horas de práctica y autoestima. Si bien los grandes como Maradona, Zico, Platini y Cubillas han fallado en un tiro penal, pero en el 99% de veces han convertido. El fallo es parte de nuestra humanidad. Nadie es infalible.
La lección de este triunfo es que solo el trabajo constante, la disciplina , el compromiso, la fe en uno mismo y otros valores humanos son el respaldo para lograr un objetivo. Eso tienen que aprender los jugadores de la selección peruana que disputará primero la Copa América y luego tentará la clasificación al Mundial Brasil–2014.
Ir a un campeonato no para participar sino para ganarlo, sabiendo de nuestras posibilidades y de nuestras deficiencias. Lo que finalmente quiere el aficionado son triunfos pero si no es posible ello, que nuestros jugadores dejen la “última gota de sudor en la cancha” en el intento por lograr el éxito.

SALUD MUCHACHOS CREMAS..PERO CON AGUA¡¡¡

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