El martes leí que habían separado a siete jugadores de la selección mexicana por haber cometido faltas contra la disciplina. Algunos dirán que la dirigencia mexicana nunca ha mostrado mucho interés por participar en los torneos que organiza la Conmebol (por ejemplo prefiere torneos de la Concacaf a la Copa Libertadores) sin embargo ésta es una señal de que ahí si existe disciplina y no encubrimiento como lamentablemente si existió en nuestra selección, como en el famoso caso del “Hotel El Golf Los incas”.
Y esto viene al caso cuando estamos a pocos días del inicio de nuestra participación en la Copa América, el día 2 de julio enfrentando a Uruguay.
En el transcurso de la preparación hemos visto jugadores “estrellas” que se lesionaban de la noche a la mañana. Variadas explicaciones hubo para esas lesiones: mal manejo de la carga de trabajo físico; jugadores que ya arrastran lesiones rebeldes; el poco cuidado en su vida privada, el poco “entrenamiento invisible” y el “amor por la vida nocturna” de varios de ellos; entre otras razones. Alguna de estas razones nos podrían indicar la poca capacidad profesional de los encargados de la parte física y otras razones simplemente nos mostrarían el poco “profesionalismo” de profesionales del deporte. Un sin sentido¡
Encima en el último partido previo a la Copa América frente a Senegal, que pateó a diestra y siniestra, se lesionaron dos jugadores más : Ramírez y Zambrano. A ellos se suma Rabanal, Pizarro y Farfán. A Vargas se le ha inscrito pensando que llegará al menos frente a Chile.
Qué épocas aquellas cuando el amor a la camiseta pesaba más que los dólares que se recibían. Cuando los propios jugadores pagaban de su “peculio” sus pasajes para defender la camiseta nacional o cuando una de las selecciones más exitosas, la de México-70, se concentraba en el Colegio Militar Leoncio Prado y no en un hotel cinco estrellas o jugaron su primer partido contra Bulgaria con la enorme presión de no saber si sus familias habían sido víctimas del terremoto que asoló el norte de Perú.
Muchos dirán que todo pasado fue mejor. Parece que así fuera. En aquél 2 de junio de 1970 minutos antes de salir a la cancha, un dirigente sacó un poco de tierra del bolsillo de su saco y arengó a los jugadores para que salieran en defensa de “esa tierra bendita” (luego se supo que esa tierra había sido tomada de algún lugar de la concentración en León, México). El resultado todos lo sabemos, Perú volteó el partido a Bulgaria 3-2, después de ir perdiendo 2-0.
Eran otros tiempos¡ Era la época cuando los dirigentes “apagaban la luz del estadio” para retrasar el inicio de un partido de La Copa América 1975 y así permitir que llegara al estadio, desde el aeropuerto, el “Trucha “ Percy Rojas. Era la época donde había “muñeca” dirigencial., cuando los dirigentes defendían nuestros derechos y no buscaban viajes ni prebendas personales.
¿Hoy en día qué pide la afición a los jugadores? Se les pide entrega, sacrifico, disciplina. Se les exige resultados. Hoy tienen todo. El pueblo exige triunfos¡

Arriba Perú¡¡¡

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