Para muchos, el fútbol es el deporte “REY” y no creo que se equivoquen. La
enorme legión de seguidores en el mundo no tiene competencia y su interés se
basa en lo impredecibles que pueden ser los resultados en los 90 minutos que
duran los encuentros deportivos.
Hasta hace pocos días, todos decían que la final de la Champions sería “española”
es decir entre el Real Madrid y el Barcelona; sin embargo los goles dijeron lo
contrario, ésta será entre un equipo inglés, el Chelsea; y uno alemán, el
Bayern Muenchen.
Si el fútbol fuera un espectáculo circense, ganarían los más hábiles con el
balón; si los partidos de fútbol se decidieran debido a la “tenencia de balón”;
el Barcelona sería campeón desde hace varios meses atrás. El fútbol se gana con
goles; si estuviéramos hablando en términos boxísticos, en el fútbol se gana
por KO y no por puntos (tenencia de balón, dominio del partido, etc).
Con esta Champions, a no dudar, se ha acabado un ciclo de un gran equipo
como el Barcelona y se acabó porque todos los ciclos se acaban porque surgen
mejores propuestas o la propuesta vigente se vuelve previsible y sale el “antídoto”
que la hace derrotable.
Pep Guardiola y Mourinho deberán estar preguntándose como representantes de
ligas “de menos fuste” que la española puedan ser los finalistas de una copa
que estaba “pintada” para uno de los dos. El Chelsea con las justas está
peleando su ingreso a la etapa eliminatoria de la Champions de la próxima
temporada y el Bayern es el segundo de la Bundesliga, torneo menos competitivo
que la Liga BBVA. Quizás la respuesta es que hay una cuota de sacrificio y
entrega que ya no se ve en los dos equipos más poderosos. Un periodista de El
Comercio escribe que “Messi se disfrazó de humano para fallar el penal”. Es esa
prensa la que endiosa y luego hunde. Messi es un buen jugador. No es un dios ni
nada similar. Para ser como Maradona le falta brillar con su selección e ir a un
Mundial. Para ser parte del “Olimpo” deberá tener una jornada de gloria como la
tuvo Beckenbauer en México 70 (jugó con el hombro dislocado durante muchos
minutos en el duelo Alemania-Italia) y para ser mejor que Pelé deberá levantar
3 veces la Copa del Mundo, anotar más de 1200 goles y ser un grande no solo con
su equipo sino con su selección.
El 19 de mayo saldrá el nuevo Rey de Europa. El mensaje de la afición
catalana (Somos y seremos) fue una bravata que no sirvió de mucho. El Real
tendrá su premio consuelo al ser campeón de la Liga BBVA y el Barza intentará
tener el suyo si le gana al Bilbao por la Copa del Rey.
El fútbol de hoy exige atletas de verdad, entrega, técnica, planteamientos
tácticos a cargos de gente como Bielsa (y no de falsos magos) y una dosis de
suerte que en el “argot deportivo” se llama la “suerte del campeón”. ¿Quién
ganará el 19 de mayo en Muenchen? El Chelsea va más disminuido que el Bayern,
que incluso juega en su cancha; pero el fútbol siempre tiene sus sorpresas.
Nadie gana antes de jugar. El campeón será quien meta más goles en los 90 o 120
minutos o incluso en la “ruleta de los doce pasos”. Como se dice..ASI ES EL
FUTBOL¡¡
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